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«Crear colectivos para responder a problemas globales»: Julián y Jonathan (PCF) sobre su secondment en FAN

FIRE-ADAPT está financiado por un programa de las Acciones Marie Skłodowska-Curie (Marie Skłodowska-Curie Actions, MSCA) que permite el intercambio de personal entre las organizaciones socias del proyecto a través de secondments, es decir, estancias de trabajo e investigación, también llamadas adscripciones. Recientemente, Julián Cuevas y Jonathan Troncho, dos miembros del equipo de la Pau Costa Foundation (PCF), realizaron un secondment de un mes en la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), donde les acogió Carlos Pinto, Gerente de Proyectos.

Julián trabaja en el área de Capacitación y Operaciones de PCF instruyendo en determinadas temáticas dentro del Manejo Integral del Fuego (MIF) y, en el caso de emergencias, asesorando y asistiéndolas. Jonathan es Técnico de Proyectos dedicados a la gestión del riesgo de incendios forestales, como Rebaños de Fuego, lo cual pasa por comprender tanto gestión territorial y forestal como las distintas fases de respuesta a la emergencia. En esta entrevista, Julián y Jonathan nos cuentan su experiencia en Bolivia.

De izquierda a derecha: Julián Cuevas (PCF), Jonathan Troncho (PCF), Juan Pita (AECID) y Carlos Pinto (FAN). Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.

¿Cuál fue el objetivo de vuestro secondment en Bolivia?

Jonathan: Básicamente los mismos objetivos de FIRE-ADAPT: el intercambio de conocimientos entre distintos contextos y realidades a escala global, y compartir puntos de vista y experiencias en torno a la gestión de los incendios forestales. Los incendios forestales actualmente, o la problemática que llevan asociada, son un fenómeno global al que debemos responder en conjunto. Como comunidad de incendios debemos tratar de hacer red y tender puentes entre distintas realidades. Eso nos va a llevar a ser más eficientes cuando tengamos que colaborar en una emergencia, como hemos visto recientemente en Canadá, Chile y en tantos sitios. También, como fundación, fuimos a abrir puntos de vista y ampliar conocimiento. En resumen, aportar, recibir y compartir.  

Julián: Sí, y todo ello dentro del marco del MIF en otras realidades y países distintos que tienen un nexo en común que, por desgracia, es una misma problemática a nivel de macroescala: el contexto de cambio climático, que es lo que nos une a todos los países que participamos en este proyecto. Aparte, cada uno de los países tienen su propia problemática un nivel de microescala.

¿Qué actividades llevasteis a cabo?

Julián: Una de ellas fue un curso de iniciación en quemas prescritas que impartimos nosotros durante una semana en unas instalaciones preciosas en Chochís, una localidad dentro del municipio Roboré, en Santa Cruz de la Sierra.  Allí tratamos de manera integral todos los aspectos que conlleva el MIF y el uso del fuego, en este caso fuego técnico.

Demostración de una quema prescrita en Chochís. Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.

Jonathan: También acompañamos a FAN, guardaparques y otros compañeros en la identificación y dimensionado de zonas estratégicas de manejo, las cuales incluyen lo que serían los puntos estratégicos de gestión (PEG) en España, pero adaptados a una realidad de MIF; participamos en actividades de capacitación de comunidades locales y personal del Ayuntamiento de Roboré; y estuvimos integrándonos en la realidad de las comunidades. Se trataba de entender cómo funcionan y cuál es su situación para luego poder encaminar mejor las futuras acciones, tener claro todo el contexto del proyecto y poder así plasmarlo de la mejor forma en los entregables para la Comisión Europea. Al fin y al cabo, buscábamos integrarnos y entender, y dentro de eso hicimos el curso de quemas y otras capacitaciones, visitamos zonas, etc.

Julián: Conocimos el Bosque Seco Chiquitano, que es un bosque seco tropical que está en la Chiquitanía y es un ecosistema sensible al fuego. En concreto, dentro de él, es sensible la Reserva Natural de Tucavaca. También fuimos al Pantanal, otro ecosistema totalmente distinto que es dependiente del fuego. Así que estamos hablando de dos ecosistemas que necesitan el fuego de manera diferente y con distintas problemáticas y contextos sociales y políticos que hay que tener en cuenta a la hora de gestionar. Ver esto nos sirvió para abrir nuestra mente.

Bosque Seco Chiquitano. Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Pantanal de Otuquis. Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.

¿Con qué objetivo se capacitan a las comunidades en Bolivia?

Jonathan: La situación política allí es delicada, y las personas no puede depender únicamente del sistema de emergencias gestionado por el gobierno nacional. Para sortear esta realidad, han apostado por las comunidades y llevan a cabo manejo comunitario del fuego. Es la propia gente del territorio, capacitada y de forma voluntaria, la que responde a la emergencia. Disponen de herramientas, equipos de protección individual, programas de formación, etc. De cierto modo dependen de organizaciones y estructuras de mayor estatus, pero el músculo de la respuesta es comunitario.

Julián: Así es. Las comunidades son como equipos de primera respuesta. En este caso FAN, junto con instructores de DIRENA (Dirección de Recursos Naturales), los capacita y, en el caso de un incendio forestal, como son ellos los que están más cerca, son los primeros que responden.

Taller de capacitación en manejo comunitario del fuego. Comunidad de Quitunuquiña. Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.

¿Las comunidades también usan el fuego como herramienta de gestión?

Julián: Para ellas el fuego es una herramienta más de las disponibles para poder gestionar el paisaje o el territorio; forma parte de su caja de herramientas. Algo que se pretender hacer es emplear el término zonas estratégicas de manejo, sobre el que hemos avanzado y que ha evolucionado a partir del triángulo de Myers de MIF, y en el que se van a incluir zonas estratégicas de gestión (como los PEG en España), zonas estratégicas de capacitación y zonas estratégicas de protección. Dentro de estas zonas estratégicas de protección se pretende gestionar usando fuego si es lo más adecuado.

Ahí es donde entran las comunidades para gestionar sus planes de interfaz urbano-forestal, donde tienen el poblado asentado, y sus aprovechamientos forestales de los que viven; o para que los agricultores y ganaderos usen el fuego como herramienta alrededor de sus propiedades para que no se les quemen, o dentro de ellas para mejorar la palatabilidad, o sea la calidad de los pastos, lo cual es una de las utilidades del fuego prescrito. Pero hay ganaderos que no pueden quemar sus pastos porque sus vacas no tendrían qué comer. Entonces, hay que atender a cada una de las pequeñas demandas para tratar de llegar a un entendimiento entre todos los actores locales.

Jonathan: Además, hay una falta de recursos que no ocurre solamente a escala comunitaria, sino también a escala nacional: no hay medios aéreos, las organizaciones no tienen vehículos, los guardaparques no tiene dinero para combustible, etc. Esto no debe entenderse como una crítica, sino como una realidad con la que deben lidiar cada día los compañeros y compañeras en Bolivia. En todo caso, es clave tender puentes y crear un tejido colaborativo robusto y empoderado para hacer frente a la gestión territorial, incluyendo la respuesta a las emergencias.

¿Dentro de qué áreas de conocimiento os habéis movido?

Jonathan: Durante el curso hablamos sobre aspectos de ecología del fuego, quemas prescritas y uso del fuego técnico, planificación, seguridad, organización, logística, investigación y factor humano, entre otros temas que surgían de forma natural.
Julián: Yo también destacaría las ciencias sociales, el arte, y la cultura. Hemos visto aspectos sociales y culturales que desconocíamos viniendo de Europa y que inciden directamente en la gestión del paisaje a diversas escalas. Por ejemplo, a nivel cultural, los propios aprovechamientos forestales de las comunidades que no estamos realizando aquí porque no tenemos los mismos árboles. Por ejemplo, las comunidades cultivan la almendra chiquitana, que es muy buena y muy rica en proteínas y aminoácidos, y de ahí sacan dinero. También tienen otro árbol con cuya savia hacen cremas. En fin, tienen distintos aprovechamientos de los que viven y eso a mí me llamó mucho la atención.
Siguiendo con los aspectos culturales, también tuvimos la oportunidad de ver unas pinturas rupestres a las que nos llevó el Director del Área de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Roboré, Fernando Mendoza para conocer algo de la historia de Bolivia. Nos quedamos fascinados porque ahí fue donde vimos la primera impresión de un mapa. Ellos ya sabían cómo moverse y orientarse a partir de unos símbolos pintados en la pared de “aquí hay agua”, “aquí hay caza”, etc.

¿Qué os habéis traído a casa de vuestro secondment?

Jonathan: Aparte de, sin duda, la experiencia personal, que es muy heavy y posible gracias a que el trabajo te permite conocer otros países, otras culturas, gentes y realidades, como fundación traemos una visión mucho más amplia de la que llevamos allí.

Ir a países con realidades climáticas, sociales y de cualquier tipo tan distintas te enriquece mucho como profesional. El trabajo que tenemos ahora Julián y yo ahora, y todos los compañeros que irán de secondment más adelante, es trasladar esta visión al resto de la Fundación, poder hacer de altavoz de lo que vimos y vivimos, porque al final no todo el mundo puede ir de secondment, pero sí que es bueno que crezcamos en lo personal y como organización. Al fin y al cabo, ese es el objetivo de FIRE-ADAPT: formar colectivos o ampliar visiones de colectivo.

En definitiva, nos llevamos más de lo que nosotros aportamos. Hablamos de cursos de quemas y de muchas cosas muy interesantes, pero al final poder estar allí y ver todo eso… o lo vives o es imposible. Leyéndolo, por muy bien escrito que esté, no te lo vas a poder llevar.

Julián: Comparto lo que dice Jonathan. También nos llevamos un enfoque de MIF que nosotros en España y Europa no tenemos. Aquí hay sobre todo prevención. Yo he estado en distintos países, y he visto que el MIF se gestiona de manera distinta dependiendo del país y de su realidad, la cual se basa en microrealidades. Las comunidades tienen una realidad, y no todas las comunidades tienen la misma realidad; los agricultores, ganaderos y guardaparques cada uno tienen otra, y unir todo eso es un verdadero reto. Yo me he traído el enfoque que tienen allí: cómo lo hacen, trabajan y salen adelante a pesar de las de las dificultades que tienen, sobre todo políticas. Tiran para adelante día a día. La realidad aquí en Europa es muy distinta, y sería muy interesante recuperar el manejo integral del fuego o las zonas estratégicas de manejo buscándole otro enfoque adaptado a esta realidad, y eso pretendemos recogerlo en una especie de guía.

Vista aérea de la comunidad de Quitunuquiña. Fuente: FAN/Andres Unterladstaetter.

¿Qué ha aportado esta experiencia a FIRE-ADAPT?

Julián: Esto ha sido el comienzo de un índice para construir una guía de desarrollo de capacidades para MIF que busca integrar todos los ítems que conforman el MIF (enfoques, políticas, legislación, etc.) encontrando nexos o conexiones que permitan trabajar en cualquiera de los países implicados en el proyecto. Ese es el reto realmente: encontrar un índice que nos permita trabajar englobando todo el compendio de cosas que tiene el MIF, y luego encontrar estos nexos de unión para poder replicarlo en otros países y ponerlo en común. Ese es el reto y ahí estamos, empezando.

Más sobre vuestra experiencia en Bolivia

Algo de Bolivia que os llamó la atención

Jonathan: Sin duda, el aspecto cultural, el cual tienen muy arraigado. Además, hay muchísimas culturas diferentes con formas de vivir y de gestionar el territorio radicalmente distintas.

Julián: Aparte de eso, la actitud de las personas. Pase lo que pase siempre están bromeando, y eso a mí me ha encantado.  Cuando hay que estar en serio, están serios, pero dentro de esa seriedad, para quitarle hierro al asunto, todos bromean. Eso me encantó porque si tú estás con un problema medianamente grave y estás hablando con ellos, de repente te sueltan una broma, te ríes, y el problema parece menos problema.

Alguna palabra nueva que hayáis aprendido

Chapié, gracias

Macruca, agujetas

Chochis, furia del viento (esta nos pareció muy bonita)

Una comida boliviana que os haya gustado

Julián: El chicharrón de cola de Lagarto que comimos en Puerto Suárez.

Jonathan: Las kjaras del Hotel Churapa de Santiago de Chiquitos, esas. Son un plato típico de los viernes. Recuerdo llegar cansados de toda la semana, comernos un plato de kjaras en buena compañía, y quedarnos como nuevos.

Un recuerdo de Bolivia para mantener siempre

Julián: La Torre de Chochís o Muela del Diablo, una formación rocosa chulísima que es un icono de Chochís.

Jonathan: El Portón, un sitio muy bonito al que hay una subida cortita pero intensa y con unas vistas impresionantes donde se te pierde la mirada. Recomendamos subir a la caída del sol, cuando las parabas (o guacamayos) regresan al nido.

Parte del equipo que intercambió conocimiento y experiencias, durante el secondment de Julián Cuevas y Jonathan Troncho (PCF) en FAN, disfrutando de las vistas en El Portón. Fuente: PCF.