FIRE-ADAPT está de celebración por la publicación del artículo “The use of fire to preserve biodiversity under novel fire regimes” (El uso del fuego para preservar la biodiversidad bajo nuevos regímenes de incendios) en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B. Liderado por investigadores del área especializada de FIRE-ADAPT “Conservación de la biodiversidad”, el artículo destaca que los nuevos regímenes de incendios, impulsados por el cambio climático y actividades humanas, amenazan la biodiversidad. Aboga por diversas prácticas de manejo del fuego, como su uso tradicional, que integren factores sociales y ecológicos para navegar por las complejidades de estos nuevos regímenes.
El término «régimen de incendios» se refiere a los patrones, la frecuencia y la intensidad de los incendios que ocurren en un ecosistema concreto a lo largo de períodos de tiempo. Comprender los regímenes de incendios es crucial para reconocer cómo los incendios influyen en los procesos ecológicos y la biodiversidad. Tradicionalmente, los regímenes de incendios han desempeñado un papel esencial en el mantenimiento de la biodiversidad. Sin embargo, las alteraciones causadas por el cambio climático y las actividades humanas están dando lugar a desafíos sin precedentes, incluida la aparición de incendios forestales con comportamientos extremos e impredecibles. Los autores denominan a estos regímenes de incendios que se desvían de los patrones históricos como «nuevos regímenes de incendios». Para hacerles frente, piden un cambio hacia una gestión de los incendios forestales ecológica y basada en la evidencia.
El trabajo se desarrolló a través de un proceso colaborativo que involucró a un grupo diverso de científicos con experiencia en ecología del fuego, biodiversidad y gestión del paisaje. La metodología combinó debates estructurados, abordaje de la falta de datos empíricos (“elicitación de expertos”), y una revisión exhaustiva de la literatura relevante, lo que garantizó un enfoque completo y basado en la evidencia. Para entender mejor esta investigación y sus implicaciones, FIRE-ADAPT entrevistó a los autores principales: Roger Puig-Gironès, profesor asociado de la Universidad de Girona e investigador en biodiversidad de la Universidad de Barcelona, y Marina Palmero, técnica de la Oficina de Política Marítima y Pesca Sostenible del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Generalitat de Catalunya), y previamente investigadora postdoctoral en el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Girona.
¿Hasta qué punto los humanos han influido en los nuevos regímenes de incendios?
Los seres humanos han desempeñado un papel importante en la aparición de nuevos regímenes de incendios, tanto directa como indirectamente. Directamente, a través de cambios en el uso de la tierra, como la agricultura, la urbanización y las políticas de extinción de incendios que alteran la frecuencia e intensidad de los incendios, así como de las igniciones intencionales y accidentales. Indirectamente, el cambio climático provocado por el hombre ha alterado los patrones de temperatura y precipitación, lo que ha dado lugar a condiciones más secas y temporadas de incendios más extensas en muchas regiones. Estas actividades humanas han dado lugar a regímenes de incendios que se desvían de sus patrones históricos, caracterizándose ahora por una mayor intensidad e imprevisibilidad, estar fuera del rango histórico de variabilidad, y un impacto geográfico más amplio, lo que plantea nuevos desafíos para la conservación de la biodiversidad, las comunidades humanas y la gestión de los incendios.
¿Cuál es la principal carencia actual en la gestión de los incendios en relación con la biodiversidad, y qué se necesita para abordarla
La falta de integración de los objetivos de conservación ecológica en las estrategias de gestión del riesgo de incendio. A menudo, las acciones se centran en proteger las infraestructuras o reducir el consumo de combustible sin tener en cuenta los requisitos de los ecosistemas o el papel que el fuego puede desempeñar naturalmente en el mantenimiento de la biodiversidad. Además, la falta de una comprensión integral de las relaciones entre el fuego y la biodiversidad en el marco de los regímenes cambiantes de incendios exacerba aún más este problema.
Para abordar esto, se necesitan modelos más integradores y específicos en el contexto, junto con un mejor monitoreo, estrategias de gestión adaptativa e inclusión de conocimientos locales para crear patrones de incendios que sustenten diversos ecosistemas.

¿Qué es clave para una gestión de los incendios ecológica y basada en la evidencia que contribuya a la adaptación al cambio climático?
La gestión ecológica y basada en la evidencia desempeña un papel vital en la adaptación al cambio climático al garantizar que los regímenes de incendios estén alineados tanto con la salud del ecosistema como con la resiliencia climática. A medida que el cambio climático altera los patrones de temperatura y precipitación, el comportamiento del fuego se vuelve más impredecible, lo que a menudo conduce a incendios forestales más frecuentes e intensos. La clave para la adaptación radica en comprender y restaurar los regímenes naturales de incendios: la frecuencia, intensidad y estacionalidad de los incendios que históricamente dieron forma a los ecosistemas, ayudando a las especies adaptadas al fuego a regenerarse y mantener los procesos ecológicos.
Sin embargo, la integración de la gestión de los incendios con la adaptación al cambio climático requiere no solo consideraciones ecológicas, sino también una comprensión del contexto socioeconómico. Las estrategias de gestión de los incendios deben abordar las necesidades de las comunidades humanas, particularmente en áreas donde los incendios forestales representan un riesgo significativo para las vidas, la infraestructura y los medios de subsistencia. Al definir objetivos claros de biodiversidad, utilizar herramientas como mapas de hábitat y datos de distribución de especies, e incorporar conocimientos tradicionales, las estrategias de gestión pueden equilibrar la salud de los ecosistemas con las necesidades socioeconómicas. El monitoreo continuo, la gestión adaptativa y la participación de los actores clave garantizan que las estrategias sigan siendo flexibles, resilientes y receptivas a la dinámica cambiante de los incendios.
El fuego y la biodiversidad suenan como conceptos incompatibles, pero existen prácticas profesionales y tradicionales de uso del fuego en todo el mundo que, de hecho, promueven la biodiversidad. ¿Qué ejemplo de esto destacaríais y por qué?
Un buen ejemplo son las prácticas tradicionales de fuego en el norte de Australia y Brasil, particularmente por parte de las comunidades indígenas. Estas comunidades han utilizado quemas controladas de baja intensidad, conocidas como «quemas en mosaico» (patch-mosaic burning), durante miles de años para gestionar el paisaje en un mosaico de hábitats en diferentes etapas de recuperación. Esta práctica apoya la biodiversidad al promover diversas especies de plantas y proporcionar hábitats cruciales para la vida silvestre adaptada al fuego, lo que garantiza la resiliencia y la diversidad del ecosistema. Otro ejemplo convincente es el uso tradicional del fuego por parte de agricultores y pastores en los Pirineos (norte de España). Aquí, las quemas controladas se han utilizado durante mucho tiempo para manejar los pastos, promover la regeneración del forraje y prevenir el crecimiento excesivo de arbustos.
Estos ejemplos subrayan cómo, cuando se maneja cuidadosamente, el fuego puede ser una herramienta esencial en la conservación de diversos ecosistemas. Estas prácticas ancestrales de fuego ayudan a mantener hábitats abiertos como brezales y pastizales, que albergan muchas especies de interés para la conservación, incluidas aves que anidan en el suelo, polinizadores y plantas endémicas. En muchos casos, estos hábitats son el resultado de siglos de manejo humano de baja intensidad y desaparecerían sin perturbaciones continuas como el pastoreo o el fuego. Además, este tipo de manejo ayuda a reducir los riesgos de incendio para las comunidades humanas.
Los responsables de la gestión de los incendios interesados en conservación de la biodiversidad, ¿cómo/por dónde deberían empezar a transformar su enfoque actual en uno ecológico y basado en la evidencia?
(1) Estableciendo objetivos claros y medibles. (2) Aprovechando el conocimiento sobre los ecosistemas, incluidos mapas de distribución de las especies, planes de conservación y datos históricos, e incorporando al mismo tiempo las perspectivas locales e indígenas. (3) Utilizando estos conocimientos para guiar el desarrollo de alternativas de gestión de los incendios que estén alineadas con sus objetivos de biodiversidad. Es esencial evaluar las consecuencias potenciales de estas estrategias, teniendo en cuenta los compromisos implicados, en particular los posibles impactos de los diferentes regímenes de incendios en las especies y los ecosistemas en varias escalas de tiempo. (4) El monitoreo es clave: seguir los resultados en la biodiversidad antes y después de los incendios para ajustar las estrategias según sea necesario. (5) Colaborando con una amplia gama de actores clave, incluidas las comunidades locales, para integrar los valores socioeconómicos y culturales en sus planes. (6) Por último, fomentando un enfoque adaptativo y basado en la evidencia, revisando y refinando periódicamente sus estrategias para abordar los desafíos cambiantes de los nuevos regímenes de incendios. Este enfoque garantiza un equilibrio entre la gestión eficaz de los incendios y la conservación de la biodiversidad, pero lo más importante es tener la capacidad y la voluntad de aprender constantemente y escuchar a todas las partes interesadas.